jueves, 5 de julio de 2012

Respuesta sexual humana


¿Qué se considera una respuesta sexual normal en las personas?

La biología determina ciertas características sexuales como el tipo de sexo cromosómico, XX o XY, la estructura genital y los caracteres sexuales secundarios, pero a nivel de conducta, la sexualidad humana está fundamentalmente influida por factores culturales y ambientales y el carácter de las primeras experiencias tiene una gran importancia y puede marcar emocionalmente las vivencias posteriores.

Aunque ha variado a lo largo del tiempo en función de los conocimientos sobre el tema, actualmente se considera que la respuesta sexual humana consta de 4 fases: Deseo, Excitación, Orgasmo y Resolución.

Cada una de estas fases se caracteriza por una serie de cambios fisiológicos y psicológicos que se producen en las persona durante el desarrollo normal de la actividad sexual. Aunque durante la respuesta sexual se producen cambios en todo el organismo en general como tensión muscular, incremento de la presión arterial, aumento de la frecuencia cardíaca, alteraciones respiratorias o aumento de la temperatura entre otras, estos cambios no son característicos especialmente de la respuesta sexual, sino que pueden deberse a diferentes patologías, por lo que a la hora de estudiar la actividad sexual, los expertos prestan especial atención a los cambios que se producen a nivel hormonal y genital.

Cada una de las cuatro fases que componen la respuesta sexual tienen cambios o reacciones psicofisiológicas propias que las caracterizan y que en algunos aspectos difieren en hombres y mujeres:

DESEO o EXCITACIÓN SEXUAL:

Esta primera fase de la actividad sexual depende de estímulos parasimpáticos. El deseo sexual no sólo es algo psicológico, sino algo más bien químico, es el resultado de estímulos recibidos a través de los sentidos que desencadenan la liberación de neurotransmisores cerebrales que provocan descargas de adrenalina. Y esas descargas de adrenalina provocan todos los mecanismos vasculares, hormonales, musculares y neurológicos.

Durante la fase de deseo no se aprecian diferencias entre la actividad sexual en hombres y en mujeres. Ambos experimentan la presencia de pensamientos o fantasías sexuales que les induce al deseo de la actividad sexual. Comienzan a provocar en ellos cambios a nivel hormonal: La testosterona es la principal hormona implicada en el deseo sexual y cualquier variación en sus niveles puede provocar que éste aumente o disminuya.

MESETA:

En la fase de meseta, por las diferencias obvias entre la fisiología de hombres y mujeres, la respuesta sexual varía de uno a otro:

  • Hombres: Erección del pene, agrandamiento de la próstata, engrosamiento, elevación y rotación de los testículos, incremento y coloración de la corona del glande, secreción de las glándulas de Cowper (líquido preseminal) y sensación subjetiva de excitación.
  • Mujeres: Lubricación, engrosamiento y expansión del interior de la vagina, hinchazón y erección del clítoris, elevación del útero, alisamiento y separación de los labios mayores de la vagina, engrosamiento y coloración de los labios menores de la vagina, secreción de las glándulas de Bartholino, que ayudan a lubricar los labios vaginales, y sensación subjetiva de excitación.


ORGASMO:

El orgasmo está regulado por estímulos del sistema nervioso simpático.

Además de las contracciones del esfínter rectal y de la sensación y el estado de placer común a ambos sexos, en el orgasmo también encontramos diferencias normales entre ambos sexos en cuanto a anatomía:

  • Hombre: Contracción de las vesículas seminales, próstata y conducto eyaculador, y contracciones rítmicas de la uretra y el pene con la expulsión de semen.
  • Mujer: Contracciones del útero y contracciones rítmicas de la vagina y de la plataforma orgásmica.


RESOLUCIÓN:

El estado de resolución con el que culmina la actividad sexual se caracteriza tanto como para hombres como para mujeres por una sensación placentera de alivio y relajación. En cuanto a los cambios psicofisiológicos que conlleva, las diferencias entre ambos sexos son únicamente las propias de las diferencias de género:

  • Hombre: Pérdida de la erección del pene, descenso de los testículos y pérdida de la congestión testicular, desaparición de la congestión del escroto y comienzo del periodo refractario.
  • Mujer: Regresión y pérdida de la vasocongestión del clítoris, desaparición de la plataforma orgásmica y la vasocongestión de las paredes de la vagina, desaparición de la hinchazón de los labios mayores y menores y regresión del útero a su posición habitual.


Conocer cuál es la respuesta sexual considerada como normal en hombres y mujeres, nos ayuda a diferenciar y determinar cuándo existe algún problema de disfunción sexual que afecta al transcurso de la actividad o de la respuesta sexual y que nos impide disfrutar plenamente de nuestras relaciones sexuales, para poder buscar soluciones al respecto.


“El amor es la respuesta, pero mientras la espera, el sexo plantea unas cuantas preguntas”  Woody Allen



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